Andrés Actis
18 jun 20
Andrés Actis es periodista y comunicador social (UNR). Empezó en el mundo del deporte, en Olé y la corresponsalía del diario Clarín en Rosario, donde recorrió casi todas las secciones durante 12 años. Hizo un máster en la Agencia Efe y, a partir de allí, colaboró con medios argentinos y españoles. Reside en Madrid desde diciembre de 2019. Se suma al ciclo “Pandemia: las palabras y los signos de estos tiempos”, de Fundéu Argentina, con la palabra “normalidad”.
Por Andrés Actis
No debe existir una palabra tan conservadora, instituida, engreída y engañosa en la lengua española como “normalidad”. Se presenta inofensiva, buscada, anhelada. Es normal todo aquello que se halla en su estado natural, define la Real Academia Española. Nuestro sentido común, ese conjunto de conocimientos, creencias y explicaciones, tiene a la normalidad como punto de partida.
Necesitamos, al cabo, pensarnos normales. Porque del otro lado, en la otra vereda, está el caos, el miedo, lo diferente, lo que paraliza. Está la excepción en un mundo que lucha todo el tiempo para ser la regla. Los discursos hegemónicos ven a lo anormal, a lo que está en los márgenes, como una simple constatación del déficit.
La pandemia ha puesto a esta palabra entre las más codiciadas de todo el diccionario. La carrera para vencer al covid-19 es, hoy en día, una carrera por retomar “la normalidad”. Por volver a abrazarnos, a besarnos, a juntarnos. Por dejar atrás los confinamientos, los encierros. Por caminar sin tapabocas. Por viajar, ir al cine o sentarse como espectador en un estadio de fútbol. Por volver, básicamente, al planeta de diciembre de 2019, al que giraba ―para algunos, no para todos― con una supuesta normalidad.
Pero, ¿era normal ese mundo?, ¿para quiénes? ¿Podemos como sociedad, como sujetos colectivos, anhelar un mundo tan fragmentado, desigual e injusto como el de la “vieja normalidad”? ¿Es normal un mundo donde millones de niños mueren literalmente de hambre? ¿Es normal un mundo en el que el 1 % más rico tiene más que el resto, que el 99 %? ¿Es normal un mundo en el que hay que amontonarse (y ahogarse) en una patera para subsistir? ¿Es normal un mundo con femicidios, con asesinatos raciales, con tantos crímenes de odio? ¿Es normal un mundo que tiene naturalizado un sistema productivo tan destructivo para su medioambiente?
La “nueva normalidad”, como repiten los Gobiernos, como tanto se lee en los medios de comunicación, está a la vuelta de la esquina. Para el filósofo Slavoj Zizek “tendrá que construirse sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas”.