Marcelo Sevilla

Marcelo Sevilla: “Quedarse en casa y el virus que no podemos ver”

16 jul 20

Marcelo Sevilla vive en Venado Tuerto, Santa Fe. Actualmente es uno de los hacedores de la publicación de periodismo cultural Revista Ají, experiencia picante. Su recorrido profesional es híbrido: teatro, fútbol, gastronomía, periodismo, televisión y literatura. Es director técnico de fútbol y productor televisivo del programa “Ideas en la ciudad”. Se suma a “#Signos2020: nuevos tiempos, ¿nuevas palabras?”, con “quedarse en casa”.

 

Por Marcelo Sevilla

 

Hace mucho frío, Bartolomeu. Mucho frío y afuera también. La estufita está al mínimo porque el gas es caro y somos pobres.

Afuera están pasando cosas. Debemos cuidarnos, es la consigna. Prevenir, quedarse en casa, dicen las voces de los que hablan fuerte. Soy un hombre solo que no debe salir, porque afuera pasan cosas que nos pueden matar. 

Lo único que tengo a mano para sentir el afuera es la ventana. Una ventana plástica y un poco rota, que sube con ruido cuando se tira de la cinta. Por la ventana las luces caen como si fueran la vida. La calle se detiene, se oscurece. Solo queda el brillo de tus ojos, Bartolomeu, tu respiración, tu silencio que abriga como un fuego amigo.

Con el limonero del frente podríamos iniciar una conversación, una amistad. Lo habitual hasta acá, florecitas blancas, limoncitos muy verdes todavía duros, otros más amarillos. Un aroma que no llega, aunque podríamos adivinar, Bartolomeu; pero el vidrio nos cierra, nos divide, nos protege un poco también. Si un sonido cae donde nadie lo escucha, ¿existe? Si nadie ve esta letanía, esta quietud nuestra, Bartolomeu, ¿será real?

Afuera hay virus que no podemos ver, pero que nos pueden matar. Los virus llevan más tiempo en la tierra que los humanxs, saben más que nosotrxs. Y seguramente nos van a trascender. El punto cero de lo viviente no está acá ni por acá. Al final descubro que lo más íntimo de cada uno está alojado afuera. No nos pertenece. Afuera, en ese exterior donde no va quedando nadie, porque la recomendación es quedarse en casa.

¿Te vas a quedar en casa, Bartolomeu? Espero que sí, no me gusta ser un solo. Podemos cocinar algo más tarde, compartir esos panes. Quizá estos son los grandes momentos de los momentos iguales: los irrelevantes, el gesto inferior cuando nadie nos mira, cuando nadie nos ve. El acto que se decide con los ojos cerrados. Los detalles que dios debería considerar.

Bartolomeu es un pirata portugués que me mira, fiero y bigotudo. Mueve la cola. Se levanta apenas, gira sobre sí y vuelve al gesto de partida. Creo en ese movimiento que marca la rotación del mundo.

Apoya su hocico en el piso y suspira. Y en ese suspiro va el soplo infinito de las cosas, cuando por acá oscurece.

 

Ver todas