Jorge Carrión
18 sep 20
Jorge Carrión es escritor y codirector del Máster en Creación Literaria de la UPF-BSM (junto con José María Micó). Ha vivido en Buenos Aires, Rosario y Chicago. Publica regularmente en diversos medios, entre ellos, la sección de opinión en español de The New York Times y La Vanguardia. Es autor de la tetralogía de ficción Los muertos, Los huérfanos, Los turistas y Los difuntos y de varios libros de no ficción, entre los que destacan Teleshakespeare, Librerías, Barcelona. Libro de los pasajes, Contra Amazon y Lo viral. La mayoría han sido publicados por Galaxia Gutenberg y se pueden escuchar en Storytel. Es el autor y el narrador de los guiones del podcast Solaris, ensayos sonoros. Ha sido traducido a quince idiomas. Se suma al ciclo “#Signos2020: nuevos tiempos, ¿nuevas palabras?” con la palabra “autocine”.
Por Jorge Carrión
El escritor, promotor cultural, editor y genio disruptivo Hernán Casciari ha protagonizado uno de los grandes eventos de 2020: un recital de cuentos en un autocine de su ciudad natal en Argentina con retransmisión en streaming para todo el mundo. Se trata de un nuevo objeto cultural vagamente identificado, en un año en que han surgido otros, como el teatro por WhatsApp o por Zoom. De dos en dos en sus coches respectivos, los ciudadanos de Mercedes pudieron acceder gratuitamente al espectáculo, gracias al patrocinio de la Dirección de Cultura; y quienes se encontraban en otras partes pudieron también presenciar, pagando su entrada, el recital a través de sus pantallas.
Nadie imaginó un futuro en el que las bicicletas, los patines y los autocines ocuparan el lugar que las películas y las novelas de ciencia ficción habían asignado a los coches voladores y los androides cotidianos. Nuestro futuro se parece mucho a un regreso al pasado. El gran cine al aire libre para automóviles contiene dos presuntos anacronismos: la sala de cine y el coche, el gran lenguaje artístico de masas del siglo XX y los combustibles fósiles. Y sin embargo, el autocine se ha convertido en una gran metáfora de este año de pandemia. Un año de autarquía, de colmenas de soledades, de aislamiento más o menos interconectado. Aunque el prefijo “auto” lo usemos sobre todo con palabras tecnológicas (“automático”, “automóvil”, “autómata”) señala hacia el “uno mismo”. Eso estamos siendo este año en que las grandes plataformas, de Netflix a TikTok, han incrementado exponencialmente su poder: los mismos de siempre, aislados, mirando hacia las mismas pantallas. Como en un autocine.