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Asuntos jurídicos, políticos y administrativos | 28 oct 19
El adjetivo electo se aplica a la persona que ha sido elegida para un cargo del que aún no ha tomado posesión.
Así, por ejemplo, hoy se habla de Alberto Fernández como «presidente electo de Argentina» dado que, tras ser el candidato más votado en las elecciones presidenciales, todavía no ha jurado su cargo. Una vez que tome posesión, perderá la condición de «electo» y pasará a ser simplemente «presidente de Argentina».
Sin embargo, en los regímenes no presidenciales, como el español, solo se puede hablar en sentido estricto de «presidente electo» cuando este ya ha sido elegido por el Parlamento y todavía no ha jurado su cargo, ya que entre tanto no es sino un simple parlamentario. En estos casos, por consiguiente, resulta preferible hablar de «futuro» o «virtual presidente».
Lo mismo sucede en los sistemas en los que el alcalde o el presidente de una región no son elegidos de forma directa por los ciudadanos sino por los concejales o diputados autonómicos, en los que es preferible hablar de «futuro presidente autonómico», «virtual alcalde» u otras fórmulas similares.
Por otra parte, y a pesar de que el Diccionario panhispánico de dudas recomienda el uso del participio regular de elegir (elegido), la Gramática de la lengua española deja constancia del empleo en grandes áreas de América del participio irregular electo en la formación de la pasiva: «Todavía no ha sido electo el nuevo presidente». No se trata, por tanto, de un uso inapropiado.
Sin embargo, para la voz activa se prefieren las formas regulares: «Todavía no han elegido al nuevo presidente», frente a las irregulares como «Todavía no han electo al nuevo presidente».