Foto: Tarik Haiga.
Asuntos jurídicos, políticos y administrativos | 01 jun 20
El término conspiranoia es adecuado y preciso para referirse a la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como fruto de una conspiración.
En lo medios de comunicación se encuentran frases como «La conspiranoia no es un fenómeno moderno», «Si bien no todas las conspiranoias son necesariamente verdaderas, sí pueden ser técnicamente verosímiles» o «La Atlántida, una conspiranoia clásica».
Esta voz, formada a partir de conspiración y paranoia, se empezó a utilizar con sentido humorístico, irónico o despectivo, para referirse a la obsesión por las teorías conspirativas cuando se consideraban sin fundamento, basadas en datos falsos. Sin embargo, su uso se ha asentado en los últimos años ya sin ese tono despectivo o humorístico, y así se registra en diversos diccionarios como el General de Vox, que recoge conspiranoia con el significado de ‘convicción obsesiva de que determinados acontecimientos de relevancia histórica y política son o serán el resultado de la conspiración de grupos de poder o de un grupo de personas influyentes’.
El adjetivo derivado conspiranoico también es adecuado y se encuentra definido en el diccionario General de Vox como ‘de la conspiranoia o relacionado con ella’ y ‘[persona] que está convencida de que las conspiranoias son ciertas’.
Puesto que se trata de palabras bien formadas, cuya grafía no resulta extraña al español, no es preciso destacarlas ni con comillas ni con cursiva.
Así, todos lo ejemplos anteriores pueden considerarse válidos.