Foto: Stijn Swinnen.
Guerras, conflictos, catástrofes y accidentes | 30 mar 21
En la denominación de los conflictos bélicos, la norma general señala que la palabra guerra se escribe con inicial minúscula y la parte específica con mayúscula: guerra de los Cien Años, guerra de Vietnam, guerra de las Malvinas…
Esta misma regla se aplica a las batallas: la batalla de la Vuelta de Obligado o la batalla de Ayacucho.
No obstante, esta norma recogida en la Ortografía de la lengua española tiene algunos matices y excepciones:
• Cuando el nombre de la contienda es una expresión meramente descriptiva y no una denominación equivalente a un nombre propio, no hay razón para usar la mayúscula en ninguno de sus componentes y es preferible, por tanto, escribirlos en minúscula: guerra civil española, guerra europea, guerras púnicas…
• Los dos conflictos mundiales ocurridos en el siglo XX constituyen otra excepción, ya que el uso ha fijado como nombres propios Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial, con todas sus iniciales en mayúscula. Cuando se alude de modo conjunto a estas dos guerras, lo recomendado es Primera y Segunda Guerra Mundial, ya que con ordinales coordinados antepuestos lo habitual es el singular, aunque también podría ser Primera y Segunda Guerras Mundiales.
• También es posible acudir a las mayúsculas en los dos elementos del nombre en denominaciones que, por antonomasia, se entienden referidas a un conflicto concreto y específico, como en el caso de la Gran Guerra para aludir a la Primera Guerra Mundial. Lo mismo ocurre en ciertos contextos con la expresión Guerra Civil, que en España alude inequívocamente a la de 1936-1939 o en Costa Rica a la de 1948.