Foto: Iñaki del Olmo.
General | 08 mar 23
El adverbio literalmente se emplea a menudo con un valor enfático que no siempre le es propio y del que, en ocasiones, se abusa.
El significado de esta palabra es, según el Diccionario de la lengua española, ‘de manera literal’, y a su vez literal es ‘conforme a la letra del texto, o al sentido exacto y propio, y no al lato ni figurado de las palabras empleadas en él’, como en «No traduzcas literalmente».
Sin embargo, en los medios de comunicación se encuentran frases como «La fiebre de la cerveza casera contagia a los emprendedores», en la que el empleo de este término puede resultar ambiguo, y otras como «Fendi presenta su nueva bolsa Baguette que es, literalmente, una baguette» o «El presidente logró engañar a todo el mundo, literalmente», en las que simplemente parece estarse empleando con un valor enfático.
Se recomienda no abusar de este adverbio en casos como los mostrados en los ejemplos del párrafo anterior. En el primero, es posible que el empleo de este término desvirtúe el mensaje: el consumo de cerveza casera podría, de manera literal, causar fiebre. En los otros dos ejemplos, en cambio, es obvio que no se puede afirmar que un bolso es una barra de pan o que alguien ha podido engañar a todas las personas del mundo.
Por tanto, lo recomendable es restringir el empleo de la voz literalmente a aquellos casos en los que sea inequívoco que las cosas suceden tal y como se dice, y optar, en los otros, por alguna alternativa o reformulación, como «El furor por la cerveza casera contagia a los emprendedores», «Fendi presenta su nueva bolsa Baguette, que parece una verdadera baguette» y «El presidente logró engañar a todo el mundo».