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General | 28 oct 24
Las voces tópico o motivo son las adecuadas para referirse a un tema que se repite en una narración, pero no tropo, que alude a cierto tipo de texto con música o al uso de una palabra en un sentido no propio.
En los medios de comunicación se encuentran ejemplos como «La premisa de Envidiosa es muy sencilla: el eterno tropo de la susanita», «El romance entre una criatura inusual y una mujer bella es un tropo clásico del cine fantástico», «De esta velada surgieron las ideas que se convirtieron en novelas como Frankenstein y que iniciaron el tropo del científico loco» o «Lo que la hace particularmente divertida a Dulces y sangrientos 16 es cómo se burla de los tropos del cine de terror».
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, tropo se refiere en español a aquel ‘texto breve con música que, durante la Edad Media, se añadía al oficio litúrgico’, o bien al ‘empleo de una palabra en sentido distinto del que propiamente le corresponde, pero que tiene con este alguna conexión, correspondencia o semejanza’.
Sin embargo, se utiliza con frecuencia cuando se habla de aquellos recursos o convenciones propios de ciertos géneros narrativos, y que los consumidores suelen reconocer fácilmente. El origen de este uso impreciso puede estar en el sustantivo inglés trope, que en este idioma sí posee el sentido de ‘tema o idea recurrente’.
Para aludir a estos rasgos que se repiten tradicionalmente en las obras de creación, el español cuenta con términos y expresiones, en función del contexto, como tema recurrente, motivo, convención, topos o tópico, como señala la Real Academia Española en su cuenta de Twitter.
Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «La premisa de Envidiosa es muy sencilla: el eterno tópico de la susanita», «El romance entre una criatura inusual y una mujer bella es un motivo clásico del cine fantástico», «De esta velada surgieron las ideas que se convirtieron en novelas como Frankenstein y que iniciaron el tópico del científico loco» y «Lo que la hace particularmente divertida a Dulces y sangrientos 16 es cómo se burla de los temas recurrentes del cine de terror».